Srila Prabhupada: No. Hay cuatro clases de hombres: los karmis, los jñanis, los yoguis y los bhaktas; cada uno realiza una meta diferente.
Los karmis trabajan para obtener beneficio material. Por ejemplo, en la ciudad, mucha gente trabaja duro día y noche, y su propósito es ganar dinero. Por ello son trabajadores fruitivos, o karmis.
Jñani es quien piensa: “¿Por qué trabajo tan duro? Los pájaros, las abejas, los elefantes y otras criaturas no tienen profesión, sin embargo están comiendo también. Luego, ¿por qué debería trabajar tan duro innecesariamente? Más bien permítanme resolver los problemas de la vida: nacimiento, enfermedad, vejez y muerte”. Los jñanis tratan de volverse inmortales. Piensan que si se funden en la existencia de Dios se vuelven inmunes al nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte.
Los yoguis tratan de adquirir algunos poderes místicos para exhibir un espectáculo maravilloso. Por ejemplo, volverse muy pequeño: si se le coloca en un cuarto cerrado con llave, puede salir por un espacio pequeño. Al mostrar este tipo de magia, el yogui es aceptado de inmediato como un hombre muy maravilloso. Desde luego, los yoguis modernos sólo muestran algo de gimnasia; no tienen poder real. Mas un verdadero yogui tiene poder, pero es poder material, no espiritual.
De manera que el yogui desea poder místico, el jñani desea salvación de los misterios de la vida, y el karmi desea beneficio material. Pero el bhakta, devoto, no desea nada para sí. Sólo desea servir a Dios por amor, tal como una madre sirve a su hijo. No se trata de obtener ganancia en dicho servicio. Además de afecto y amor puro, ella se preocupa por él. Cuando se llega al nivel de amar a Dios, eso es perfección. Ni el karmi, ni el jñani, ni el yogui pueden conocer a Dios; solamente el bhakta. Tal como Krishna lo dice en el Bhagavad–gita [18.55]: “Sólo por el proceso del bhakti uno puede entender a Dios”. No dice que mediante otros procesos, sino a través del bhakti. Si te interesas por conocer y amar a Dios, entonces debes aceptar el proceso devocional.
Reportera: ¿Qué consejo da usted a las mujeres que no desean estar subordinadas a los hombres?
Srila Prabhupada: No es mi consejo sino el de la literatura védica, según el cual, la mujer debe ser casta y leal a su marido.
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